viernes, 17 de abril de 2015

Todos Pensaban Que La Casa Estaba Maldita Pero Solo Una Mujer Sabía La Verdad

Dicen que las mujeres son expertas en venganza cuando se les traiciona, especialmente cuando hablamos de una traición amorosa. Es que un corazón roto y el paso del amor al odio pueden causar cualquier tipo de reacción. Luego de 20 años de matrimonio, Jake dejó a su esposa por su joven secretaria.

Su nueva novia estaba ansiosa por vivir en la millonaria mansión, que Jake y  su esposa Edith tenían y en la que habitaban. Debido a que sus abogados fueron sagaces y despiadados en el juicio, él esposo ganó el caso y se quedó con la mansión. Así pues, Jake le dio a Edith sólo 3 días para empacar sus cosas y abandonar la mansión.

El primer día, ella empacó sus cosas en cajas y maletas. El segundo día, llegó la empresa de mudanzas y llevó sus cosas a un nuevo apartamento. Pero el tercer día, ella se sentó por última vez en su habitación favorita de la mansión: un salón grande y hermoso. Encendió algunas velas, puso un poco de música de fondo y cocinó un banquete: Una gran porción de camarones, caviar  y una botella del mejor champagne. Cuando terminó de cenar, pasó por todas las habitaciones y rellenó los tubos que sostienen las cortinas con el resto de los camarones y el caviar que sobró. Posteriormente, limpió la cocina y se fue.

Su ex marido regresó con su nuevo amor a la gran mansión y por unos cuantos días, todo fue felicidad para estos dos. Pero luego de un tiempo, un olor putrefacto y nauseabundo empezó a esparcirse por toda la casa, incluso apestaba hasta en los alrededores. Lo intentaron todo: limpiar, trapear, aspirar. Revisaron el aire acondicionado, y hasta encontraron un pequeño ratón muerto. Las alfombras se limpiaron con vapor y se colocaron ambientadores por todas partes. Hasta los exterminadores trabajaron con productos químicos en los diferentes rincones de la casa. Pero nada parecía ser de ayuda.

Sus amigos cercanos y otras personas dejaron de visitar la mansión. Incluso el personal de mantenimiento se rehusó a trabajar en la apestosa casa y hasta la chica del servicio renunció. Finalmente, la pareja no pudo soportar el fuerte olor y buscaron otro lugar para vivir. Pero tenían un gran problema que se fue convirtiendo como en una maldición: Nadie quería comprar la casa, ni siquiera cuando el precio se redujo a la mitad en sólo un mes. La historia de la apestosa mansión se hizo popular entre la gente y la voz se corrió más y más. Ni siquiera los agentes de bienes raíces contestaban a sus llamadas cuando trataban de comunicarse con ellos. Al final, tuvieron que pedir un préstamo para poder comprar una casa nueva.

Pasado un tiempo, su ex esposa apareció para saber cómo estaban. Y mientras ella escuchaba cortésmente y con mucha atención, su ex marido lloraba sobre su hombro contándole la historia de la casa podrida y como no se habían podido quedar a vivir en la misma. Ella le dijo lo mucho que echaba de menos la casa y que estaba dispuesta a disminuir su petición de manutención a cambio de la casa. Su marido pensó que ella no tenía idea de lo terrible que era el hedor en realidad. Aceptó rápidamente, siempre y cuando ella firmara el contrato ese mismo día. Por todo esto, ella obtendría la casa por una décima parte del valor real. Ella aceptó y más tarde todo ya estaba firmado, sellado y entregado. Una semana después, el esposo y su amada, estaban parados frente a la casa, aliviados y sonrientes mientras observaban a los de la mudanza llevarse todo de la casa. ¡INCLUYENDO LAS CORTINAS CON SU CORRESPONDIENTE MONTAJE!

La venganza dicen por ahí no lleva a nada bueno, pero debo decir que lo que hizo esta mujer, fue absolutamente brillante y cumplió su cometido evitando así que su ex y una mujer aparecida de la nada, le arrebataran años de recuerdos, experiencias y su muy preciado hogar. Nunca subestimes a una mujer y menos le rompas el corazón.

Comparte la historia de esta inteligente y astuta mujer que jugó sus cartas como debía.